Iker Casillas es uno de los guardametas más importantes en la historia del fútbol español, pues, además de levantar la Copa del Mundo, el exjugador también tuvo una trayectoria más que destacada a nivel clubes. Si bien él tuvo la oportunidad vivir experiencias únicas e inolvidables, su vida no fue tan sencilla como muchos fanáticos pueden llegar a pensar.
Desde una edad muy temprana, Iker demostró las condiciones necesarias para llegar a ser futbolista profesional y es por este motivo que el Real Madrid se aseguró su ficha al formarlo desde las categorías inferiores, por lo que el portero tuvo que crecer entre entrenamientos, partidos y todo tipo de compromisos que lo privaron de llevar una vida normal.
El momento más determinante en la carrera de Iker Casillas tuvo lugar durante su adolescencia, pues a sus 16 años comenzó a tener sus primeros acercamientos con el primer equipo merengue cuando aún era un estudiante de instituto. De hecho, esta situación lo llevó a alcanzar niveles impensados de popularidad.
Los compromisos deportivos de Casillas interfirieron con su formación académica en varias oportunidades, sin embargo, el jugador nunca pensó que en noviembre de 1997 se tendría que retirar del instituto luego de que el presidente del Real Madrid le mandara una carta al director gestionar su convocatoria para un partido de Champions League.
Iker Casillas fue a la Champions con solo 17 años
Resulta que ante las lesiones de su segundo y tercer portero, el Real Madrid se quedó sin sustituto para Santiago Cañizares en su partido contra el Rosenborg, por lo que decidieron recurrir al jovencito, quien ya acumulaba unos cuantos entrenamientos con el primer equipo.
Iker Casillas acudió a este llamado de emergencia y, aunque no fue de la partida en aquel partido en Noruega, regresó a su instituto convertido en toda una celebridad, pues todos sus compañeros lo habían visto por la televisión.