En la jornada de ayer, el Education City de Rayán fue testigo de otro duro revés mundialista para la Selección de Brasil. Y es que, pese al golazo de Neymar —con el que se encaminaba a la clasificación—, todo se vino abajo para la Canarinha, que cayó por penales y se despidió de un Mundial que la tenía como candidata al título.
Consumada la eliminación, la tristeza de los aficionados brasileros se profundizó, todavía más, al ver las lágrimas de Neymar, quien otra vez, vio esfumarse su sueño de alzar la Copa del Mundo. Para colmo, luego del partido, el futbolista del PSG brindó su testimonio y puso en duda su continuidad en la Verdeamarela, de cara al próximo ciclo.
“Sinceramente no lo sé, es mucho para pensar ahora. No quiero decir nada en caliente”, expresó la estrella de Brasil, invadido por una mezcla de sensaciones. “Quiero aprovechar este tiempo para pensar en lo que es bueno para la Selección y para mí”, prosiguió Neymar que, más allá de sus frustraciones y sus deseos personales, puso por delante a su combinado nacional, al que no quiere perjudicar con la decisión que tome.
“No cierro las puertas ni digo que voy a volver, por eso quiero pensar un poco más todo esto”, admitió el ex Santos y Barcelona que, de esta manera, dejó entrever que existe la posibilidad real de ponerle punto final a su historia con la Canarinha. Ahora, el jugador tendrá unas semanas de descanso, para luego ponerse a las órdenes del París Saint-Germain, donde además de ir en busca de grandes objetivos, también querrá olvidar el trago amargo de Qatar 2022.
Del cielo al infierno en pocos minutos
Sin lugar a dudas, esta Copa del Mundo, que terminó de la peor manera para el capitán del conjunto sudamericano, fue una montaña rusa. El astro brasilero no pudo disfrutar del triunfo ante Serbia, en el debut, ya que sufrió un esguince de tobillo, que lo marginó del resto de la fase de grupos. Pero se recuperó a tiempo, dijo presente en la goleada ante Corea del Sur, en octavos, e incluso convirtió un gol.
Todo parecía encaminarse para el 10 de Brasil, que en el minuto 106 de la prórroga ante Croacia, convirtió uno de los goles más lindos de su carrera, tras construir una doble pared con Rodrygo y Paquetá, para luego eludir al arquero y definir sin oposición. Sin embargo, con el empate de Croacia todo se definiría por penales. Allí, Neymar se quedaría con una espina clavada, puesto que era el designado para ejecutar el quinto penal de su equipo, pero la serie se definió antes y nada pudo hacer. Si toma la decisión de marcharse, este habrá sido un triste cierre para su historia con la Verdeamarela.