Desde que inició su carrera profesional, Erick Pulgar decidió mantener algunos detalles de su vida en el plano privado. Debido a eso han sido algunos de sus allegados quienes hablaron con la prensa sobre los momentos más especiales de su trayectoria, especialmente aquella época en la que estuvo al lado de su familia en Chile.
Esta vez fue el padre de crianza del número 5 del Flamengo quien contó más anécdotas sobre la infancia de su hijo. Es que Pablo Araya tuvo la oportunidad de dirigir a Erick Pulgar cuando jugó en el club Miramar Sur, donde estuvo hasta los 12 años. Ahora su papá reconoce que de esa plantilla de jugadores, el futbolista fue el que llegó más lejos en el mundo profesional.
“Estamos instalados en el cerro, se ven muchas cosas malas. Le ha costado llegar a donde está. De un niño uno puede decir cualquier cosa, lo que sí puedo decir es que no me asombra cómo está jugando. Ya se lo veía a los 10 años ante otros equipos”, comentó Araya sobre las cualidades que tenía el deportista a su corta edad.
Luego explicó que uno de los momentos más felices para su familia fue cuando vieron a Erick Pulgar anotar un gol ante Bolivia en la Copa América, un punto que celebraron entre lágrimas. Luego señaló: “Me gusta que mantenga su humildad. A Antofagasta viene 2 veces al año, cuando tiene vacaciones. Acá compartimos y le dejamos que se olvide un poco del fútbol”.
El riesgo que tiene Erick Pulgar de perder su lugar en La Roja
El jugador fue uno de los convocados por Eduardo Berizzo para el encuentro que tuvo el conjunto chileno contra Marruecos. En esa oportunidad el entrenador creó una estrategia con Pulgar, Aránguiz y Vidal como centrocampistas, pero en la segunda mitad fue sustituido y causó preocupación entre sus fans.
Es que las técnicas que aplicaron en la cancha no dieron los resultados esperados, lo que hizo que muchos dudaran sobre la continuación de la titularidad del jugador, quien no pudo hacer una buena jugada en los 45 minutos que estuvo en el encuentro, y su actividad al costado no fue eficiente para detener la defensa del equipo contrario.