Una de las noticias de mayor impacto en lo que va del año ha sido el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Al-Nassr, por la talla del futbolista, pero fundamentalmente por el destino elegido, ya que más allá del poderío económico, no deja de ser una liga de mucha menor jerarquía. Pero su estadía en tierras saudíes va más allá del campo de juego, y una muestra de esto es lo que sucederá este fin de semana.
Luego del inicio de la temporada en Bahréin, la Fórmula 1 tendrá su segundo Gran Premio del año en Arabia Saudita, el nuevo país de residencia del futbolista portugués. Al igual que sucedió en el GP de Mónaco en 2019, Cristiano Ronaldo también estará presente en el circuito de Jeddah, aunque esta vez no será por su propia iniciativa.
Y es que podría decirse que el ex Real Madrid está obligado a asistir a este evento, puesto que se comprometió a hacerlo mediante una firma estampada a principios de año. La misma se dio al momento de acordar su llegada a Al-Nassr. En su contrato con el club, existe una cláusula que exige la asistencia del futbolista a la segunda carrera del año. La inversión que se hizo por él es muy grande, y es por eso que querrán sacarle el mejor provecho a su imagen y obtener beneficios económicos.
Arco cerrado y fastidio
En la jornada de ayer, por los cuartos de final de la Copa del Rey de Campeones, Al-Nassr se repuso de la caída ante Al-Ittihad y venció por 3 a 1 a Abha. Sin embargo, más allá del triunfo, Cristiano Ronaldo no se marchó con la mejor cara, puesto que alcanzó los tres partidos sin convertir, luego del hattrick que le propinó a Damac, el pasado 25 de febrero.
Esta sequía, aunque corta, mantiene fastidioso al delantero, que no hizo ningún esfuerzo por ocultarlo. De hecho, a raíz de que el árbitro marcó el final del primer tiempo cuando se gestaba un prometedor contragolpe a su favor, Cristiano Ronaldo lanzó insultos y reproches al aire. Este sábado, el portugués buscará cortar la racha ante el mismo rival, aunque esta vez por la liga saudí.