Carlos Alcaraz alcanzó el número 1 del ranking mundial del tenis hace algunos meses y se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera. Ahora, llegó a Basilea, Suiza, para disputar este viernes 28 de octubre los cuartos de final del ATP 500 que se realiza en dicha ciudad. Sin embargo, no llegó solo, sino acompañado de varias personas que lo acompañan hace bastante tiempo.
El tenista murciano llegó a la ciudad, que se encuentra a la vera del río Rin, en compañía de Pablo Carreño, a comienzos de la semana. Y junto a Carlos Alcaraz y a Carreño también otras tres personas: Juan Carlos Ferrero, José Antonio Sánchez y Juanjo Moreno. Los dos primeros son los entrenadores de cada uno -aunque el principal de Pablo sea Samuel López, ausente en la cita- y el tercero es el fisio que comparten. La prueba de lo unidos que son ambos y la relación amistosa que tienen.
Aún así, la amistad quedará en stand by ya que se enfrentarán dentro de las canchas. Sin dudas será un duelo fraternal, entre dos tenistas que se conocen desde hace casi cinco años y se llevan muy bien. Este será su segundo duelo profesional, ya que en abril se midieron en una final del Conde de Godó. Mes y medio antes, el murciano también había superado por primera vez a Carreño en el ranking ATP.
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Así fue que se conocieron Alcaraz y Carreño
Pablo Carreño es una de las pocas personas que más de cerca ha vivido la explosión y los comienzos de la carrera de Carlos Alcaraz. Aquel niño que conoció con 14 años y con el que pasó horas y horas entrenando a partir de entonces es ahora el número 1 del mundo. “Pablo sabía cómo Carlitos jugaba, pero no que iba a ir tan rápido”, sentenció Antonio Martínez Casales, director de la JC Ferrero Equelite.
Hace unos meses Carreño recordó la vez que conoció a Carlos Alcaraz ante los medios. “La primera vez que conocí a Carlos fue en el O2 Arena de Londres. Yo estaba Top 10 y jugaba el Masters, él tenía 14 añitos y fue a jugar un torneo sub14 allí y, como nos lleva el mismo agente -Albert Molina-, antes de jugar mi primer partido con Dominic Thiem me dijo: “Tengo aquí a un chavalín, pelotea con él, juega muy bien”. Y en la pista central del O2 falló menos bolas que yo. Yo, con 14 años, no hubiera podido ni coger la raqueta en esa pista, pero él casi estaba para jugar con Thiem”, contó el tenista que le lleva 12 años al murciano.