Ferrari viene de más de dos años con pocas luces en la Fórmula 1. Acostumbrado a dominar la categoría, no fue un período fácil para la escudería italiana. Sin embargo, el equipo de Mattia Binotto fue el primero en ponerse a trabajar en lo que sería su nueva unidad de potencia para que respete el reglamento que empezó a regir este año. Ya desde el 2021 sonaba el rumor de que esta temporada los tifosi volverían a celebrar por lo alto. Lewis Hamilton, ni lerdo ni perezoso, en septiembre del año pasado lanzó su anzuelo al agua.
“Durante muchos años, cuando llegaba a Monza y me acercaba a los aficionados, podía escucharlos decir '¡Ven a Ferrari!'. Eso me calentó el corazón, pero es bastante increíble que nunca haya pilotado para Ferrari en tantos años. Porque es un sueño para cualquiera, una meta a alcanzar”, dijo para Sky Italia.
Ahora, con la nueva temporada de la F1 en marcha y la prueba fehaciente de que Ferrari ha vuelto, Lewis Hamilton parece querer sacar rédito de los ires y venires de la escudería italiana para ponerle el gancho al contrato que ampliaría su vínculo durante dos años más con Carlos Sainz.
Tanto es así, que el hombre de Mercedes fue muy poco sutil para enviarle su guiño a Mattia Binotto y, a la hora de dar el presente en el Gran Premio de Arabia Saudita que se disputará el próximo domingo, apareció completamente vestido de rojo. Este gesto fue interpretado por muchos como una traición y falta de lealtad para con el equipo que lidera Toto Wolff, en uno de los peores momentos de los flechas plateadas en muchos años.
Lewis Hamilton apunta a Ferrari
Sin dudas, las declaraciones que brindó el británico en septiembre del año pasado traían cola y ahora se puede observar con claridad. En aquel entonces, decía: “He visto fotos de sus pilotos y el rojo siempre será especial. Tengo un par de Ferrari en casa. Puedo conducir esos coches, pero no un Ferrari de Fórmula 1”.
Es difícil creer que Ferrari disponga en algún momento con su actuación, teniendo en cuenta que actualmente tiene dos pilotos con la tracción y el hambre de ganadores propios de la juventud.