En la primera cita de la Fórmula 1 en Florida, Miami, Red Bull volvió a presentar problemas de confiabilidad con su RB18, que en esta oportunidad perjudicaron a Checo Pérez. El mexicano finalizó cuarto en suelo estadounidense y no ocultó su molestia una vez terminada la carrera. Según sus palabras, hubiese conseguido el primer escalón en el podio con un motor normal, lo que se presta a algunas suspicacias, dado que quien lideraba el circuito era su compañero de equipo, Max Verstappen.
En más de una ocasión en lo que va de la temporada de F1, Checo Pérez expresó que no quiere ganar carreras, sino que su objetivo es ganar el campeonato. Esto lo ha vuelto protagonista de algún que otro tire y afloje de preguntas con periodistas, ya que los especialistas piensan que, en caso de beneficiar a alguien, Red Bull se inclinaría por Mad Max, actual monarca de la categoría.
En Estados Unidos, la polémica se volvió a encender. Checo Pérez persiguió a Carlos Sainz durante la primera parte del recorrido en el Autódromo Internacional de Miami, en una apretada pelea por el tercer puesto. Sin embargo, justo cuando lo tenía a distancia de DRS, el mexicano informó con un tono bastante desesperado una pérdida de potencia en su motor.
Aunque, inicialmente, se pensó que se debía a que se había salido del rebufo del hombre de Ferrari, Red Bull descubrió después que había un inconveniente de sensores en el motor de Checo Pérez, quien más adelante pudo recuperar parcialmente el ritmo, pero no le alcanzó.
El enojo de Checo Pérez por la falta de potencia en su motor
A pesar de que el ritmo de Pérez se estabilizó tras la pérdida de tiempo inicial, al finalizar la carrera dijo que la potencia "nunca fue la misma" y reveló que estaba "como 10 km/h por debajo en las rectas".
Incluso, tras aprovechar la salida del 'safety car' para cambiar neumáticos, Pérez no logró adelantar a Sainz. "Estaba en un buen lugar. Desafortunadamente, incluso con el DRS, no pude acercarme a Carlos, el déficit en la recta era bastante alto".
Cuando le consultaron si se creía con posibilidades de llevarse el máximo cetro en Miami, tras el cambio de compuesto de neumáticos, sin dudar, lanzó: "Con un motor normal, habría tenido una oportunidad".
Esto prende las alarmas al interior de la escudería austriaca, dado que, en caso de una batalla entre sus pilotos, es difícil predecir cómo reaccionaría la estructura que actualmente comanda Christian Horner.