La huella de Ayrton Senna en la Fórmula 1 es imborrable. Su nombre suena como un eco permanente en la historia del Gran Circo y ahora, de cara al Gran Premio de Mónaco, uno de los más emblemáticos y tradicionales, la memoria de los fanáticos trajo al presente uno de los últimos e increíbles récords que conquistó el tricampeón.
En mayo de 1993, a un año de su fatal accidente en el Gran Premio de San Marino, Ayrton Senna se consagró con su sexto GP de Mónaco a bordo de su McLaren, el quinto de manera consecutiva. Selló así dos marcas que todavía hoy nadie puede superar.
Por un lado, Ayrton Senna se mantiene como el piloto más ganador en el circuito enclavado en el corazón del Principado; y por el otro, acumuló la mayor cantidad de ‘poles’: 5 y también 8 victorias. En relación a los podios, lo siguen Graham Hill con 7 y Michael Schumacher con 5. En la actual parrilla de la F1, Lewis Hamilton cuenta con 3.
El romance entre Ayrton Senna y Mónaco comenzó en la temporada que el paulista debutó en la Máxima, en 1984, cuando bajo una lluvia torrencial deslumbró a lo largo y lo ancho del mundo: con su humilde Toleman remontó desde el decimotercer lugar hasta el segundo.
Momentos emblemáticos de Ayrton Senna en el GP de Mónaco
En 1988, ya como compañero de Alain Prost en McLaren, Senna realizó una acción que más adelante fue catalogada por muchos como la mejor vuelta en la historia de la Fórmula 1: ya había conseguido la 'pole position' en la clasificación, pero bajó su tiempo una y otra vez, hasta aventajar por 1.427 a su máximo rival y compañero de equipo.
Algunos expertos llamaron aquella jornada como un caso de "estado de flujo": una concentración total. De hecho, fue el propio Ayrton Senna quien se expresó al respecto más tarde: "Ese día me di cuenta de que ya no conducía conscientemente. Estaba en una dimensión diferente. El circuito para mí era un túnel y solo me desplazaba por él. Sé que estaba más allá del entendimiento".