El Gran Premio de Azerbaiyán dejó nuevamente un saldo positivo para Red Bull, que lo catapultó como la primera fuerza tanto en el Campeonato de Pilotos como en el de Constructores. Con la cita en Bakú, la escudería austriaca completó su tercer 1-2 consecutivo en lo que va de la temporada de la Fórmula 1. Pero no sin polémica: mucho se habla sobre la competitividad que está representando Checo Pérez para Max Verstappen y no se pueden evitar las especulaciones en relación con quién elegirá la escudería comandada por Christian Horner hacia el final del calendario, si todo sigue como hasta ahora. Al respecto, el que intentó ejercer presión en más de una oportunidad fue el padre de Mad Max, Jos Verstappen.
Tras el Gran Premio de Mónaco, cuando la estrategia de Red Bull benefició al mexicano, que se quedó con el primer puesto del podio, Jos Verstappen atacó con toda su furia a la escudería y expresó que deberían haber optado por favorecer al actual monarca de la categoría, es decir, a su hijo. Además, alegó que la estrategia que puso en marcha el equipo de Milton Keynes fue "injusta".
Aunque el análisis de Jos en su momento fue tomado como caprichoso por la falta de argumentos; ahora, luego de que Mad Max consiguiera el máximo cetro en Bakú, su padre fue de nuevo a la carga. "Max estaba en llamas. Tuvo que ver con la carrera en Mónaco (la criticada victoria de Checo), pero a él no le importa en absoluto. Creo que eso es genial porque solo lo motivan a ser mejor. Un Max encendido es un Max aún mejor", lanzó.
Y quizás algo de eso hubo, dado que a partir de la vuelta 21 y tras el abandono de los dos coches de Ferrari, el ingeniero de pista del neerlandés, Gianpiero Lambiasse, le pidió un tiempo menor al que estaba marcando a Max Verstappen, con la finalidad de cuidar los neumáticos y el motor. En al menos 24 giros de los 30 restantes, Mad Max desobedeció esa orden.
Esto explica que Checo Pérez haya finalizado en el trazado de la capital azarí tan rezagado con respecto a su compañero de equipo, dado que el mexicano sí obedeció las indicaciones de su ingeniero, lo que lo dejó a poco más de 15 segundos en el balance general con respecto a Max.
Las comunicaciones por radio a las que desobedeció Max Verstappen
"El objetivo es 48.0, Max", "No olvides que el objetivo es 48.0", "Tu última vuelta fue 47.5. Ya sabes lo que es perder una carrera aquí", "Concéntrate, el objetivo 48.0", "Trae el auto a casa, por favor", fueron las comunicaciones más significativas de Lambiasse a las que Max desatendió.
Recordemos que el año pasado, en la misma cita, Max Verstappen sufrió la pinchadura de una de sus ruedas delanteras cuando lideraba en Bakú y a tan solo 5 vueltas de cruzar la bandera a cuadros. Esto explica la insistencia de su ingeniero en cuidar los compuestos de neumáticos y el motor, sobre todo, teniendo en cuenta que los dos coches de Ferrari ya habían abandonado la pista, lo que lo dejaba a Max girando con tranquilidad y sin necesidad de reducir el tiempo de vuelta.