Checo Pérez y Max Verstappen vuelven a estar en el centro de la polémica después del Gran Premio de Azerbaiyán. ¿El motivo? La desobediencia del neerlandés ante las órdenes directas de su ingeniero de pista, Gianpiero Lambiasse, quien en más de una oportunidad le comunicó por radio que no acelere para cuidar los neumáticos y el motor. Sobre todo, cuando los dos hombres de Ferrari, Charles Leclerc y Carlos Sainz, ya habían abandonado el circuito y no había nada que amenazara su primer lugar en el podio.
Sin embargo, el actual monarca de la Fórmula 1 desatendió ese pedido en 24 de las 30 vueltas que restaban. Mientras tanto, Checo Pérez recibía la misma orden por parte de su equipo de ingenieros y desobedeció en 6 de 30. El resultado que dejó esta situación fue una brecha entre los hombres de Red Bull que dio que hablar: más de 20 segundos separaron al neerlandés del mexicano tras cruzar la bandera a cuadros.
Reglamentariamente, no tiene mayor relevancia que Mad Max haya finalizado 20 segundos por encima del nacido en Guadalajara. No obstante, en materia de negocios e imagen pública, con el relato de una diferencia "abismal" entre los pilotos, esto sí abrió una herida.
Según un análisis realizado por el especialista en marketing Alberto Tello de Meneses, Max Verstappen abona con este "dominio abrumador" a su imagen como piloto de "otra liga". A su vez, restaura en el imaginario colectivo la narrativa de que Checo Pérez es tan solo un "escudero", lo cual puede llegar a nublar el juicio del equipo que comanda Christian Horner en la toma de decisiones a futuro.
La imagen pública de Checo Pérez tras el GP de Azerbaiyán
Aún así, el mismo analista de mercado sostiene que, si bien Max Verstappen tiene un mejor posicionamiento mediático a nivel global; Checo Pérez está logrando generar una estimación de consumo superior, teniendo en cuenta solo el mercado norteamericano.
Según sus consideraciones, Max Verstappen está muy cerca de alcanzar su punto máximo, mientras que Checo Pérez muestra mayor potencial de desarrollo, mercadológicamente hablando. De este modo, todo indicaría que Red Bull, a la hora de tomar una decisión entre los dos, si la definición del título mundial se plantea entre sus dos pilotos, inclinaría la balanza hacia el que tenga ventaja en la opinión pública. ¿La razón? Simple: el valor agregado para el marketing del equipo.