Hace unas semanas, Alex Albon reflexionó en el podcast de la Fórmula 1 "Beyond The Grid" sobre cómo fue la experiencia de ser compañero de Max Verstappen en Red Bull y arrojó un análisis que recobró sentido en las últimas citas del calendario, en las que se observó que se cerró significativamente la brecha entre el neerlandés y su actual coequipero, Checo Pérez.
En aquel momento, Alex Albon manifestó que Max Verstappen tiene un estilo de pilotaje muy particular, que demanda que la escudería austriaca le asegure un coche con un tren delantero fuerte, que es difícil de pilotar para cualquier otra persona. "Va muy rápido, pero su estilo no es el más sencillo para seguir y si ese piloto siempre lo hace bien, no hay motivo para que el equipo piense en probar algo diferente", analizó Albon.
Y prosiguió: "Cuando miras los datos ves que en algunas curvas es increíble y va al límite en toda la vuelta. Le gusta un coche con una parte delantera muy fuerte". Sin lugar a dudas, Mad Max es uno de los pilotos más agresivos de la parrilla en las curvas; sin embargo, esta temporada el cambio de reglamento representó que Red Bull revise el diseño de su monoplaza y el actual monarca de la categoría presenta dificultades para dominarlo.
Tan es así que, en el Gran Premio de España, el único modo de rebasar a Checo Pérez fue que Red Bull dé la orden al mexicano de que deje la pista libre y, en Mónaco, Max no logró encontrar el ritmo durante todo el fin de semana. De esta manera, ahora el nacido en Guadalajara se vuelve un rival directo para el campeón y a Max le toca lidiar con tenerlo en su mismo garaje y con las condiciones de competitividad democratizadas: mismo monoplaza, misma tecnología, mismo equipo.
La palabra del padre de Max Verstappen tras el GP de Mónaco
Quien también se hizo eco de este nuevo escenario para Max Verstappen en Red Bull fue su padre, Jos, que realizó un análisis en la misma línea que Alex Albon, justamente: "El tercer puesto de Max fue muy decepcionante. Todos vimos que fue un fin de semana difícil para él. Empezando por el coche que, simplemente, no tiene las características para su estilo de pilotaje todavía. Max tiene muy poco agarre en el eje delantero y, sobre todo en Mónaco con todas estas curvas cortas, necesitas un coche que gire muy rápido. Eso era difícil para él", expresó.
Solo queda esperar qué decisión tomará Max a futuro si no ve posible la defensa de su título mundial con Red Bull, dado que firmó un contrato hasta 2028 que estipula una cláusula de rescisión en caso de que la escudería no le asegure un coche competitivo.