La Fórmula 1 ha experimentado transformaciones notables en los últimos años debido a los cambios reglamentarios introducidos en 2017 y 2022, lo que ha llevado a un aumento en las dimensiones y el peso de los monoplazas. Esto ha generado inquietudes entre los pilotos, incluidos campeones como Max Verstappen y Fernando Alonso.
La FIA, junto con la Fórmula 1, ha reconocido la necesidad de abordar estas preocupaciones, especialmente de cara al futuro cambio reglamentario programado para 2026. Ambas partes están de acuerdo en que es esencial revertir la tendencia hacia coches más grandes y pesados.
Nikolas Tombazis, director de monoplazas de la FIA, ha anunciado planes para hacer que los futuros monoplazas sean más pequeños y ligeros. Se espera una reducción de aproximadamente 50 kg en el peso de los vehículos, lo que también implicaría dimensiones más compactas, incluidas ruedas más estrechas y alerones traseros más pequeños.
Esta transformación hacia monoplazas más livianos tendrá un impacto en el comportamiento de los coches en las pistas. Se prevé que los coches sean más rápidos en las rectas, pero generarán menos carga aerodinámica en las curvas. Para equilibrar esto, se requerirá un aumento en la recuperación de energía de los sistemas híbridos, lo que garantizará un rendimiento óptimo en las vueltas.
A pesar de las críticas y preocupaciones expresadas por algunos equipos, como Red Bull, sobre el aumento de la potencia eléctrica en el nuevo reglamento, la FIA está comprometida en implementar estos cambios de manera segura y efectiva. Se han realizado simulaciones exhaustivas para abordar preocupaciones sobre adelantamientos y gestión de energía, con el objetivo de ofrecer una Fórmula 1 emocionante y equitativa en 2026.