Semanas después de confirmar su separación de Shakira, Gerard Piqué decidió tener citas más públicas con su nueva novia llamada Clara Chía Marti. Además, el jugador integró a su pareja a sus círculos familiares y de amigos, por lo que dejó en claro que está muy enamorado y ansioso por empezar esta nueva etapa de su vida al lado de la modelo.
Debido a eso, el número 3 del Barcelona también quiso agilizar el proceso relacionado con la custodia de sus hijos. Con esta finalidad, el equipo legal de Gerard Piqué citó a ambas partes para tratar de llegar a un acuerdo, pues el objetivo es no llegar a un juicio que alargue más la situación. Shakira fue la segunda en llegar y decidió, al igual que el jugador, no hacer declaraciones a la prensa.
Más adelante, el medio “La Vanguardia” pudo hablar con el abogado de Gerard Piqué, Ramón Tamborero, quien expresó que el objetivo de su cliente y el de la artista era llegar a una resolución amistosa que favoreciera a los dos niños. Por ello, prefieren ser ellos quienes controlen las discusiones y que no sea un juzgado el que determine el futuro de sus hijos.
“El deportista está harto de interminables dilaciones para llegar a un acuerdo en esta pedregosa negociación, un calvario de reuniones, cláusulas y contraofertas insoportables”, dijo el medio español, que también afirmó que el deportista solo estuvo presente una hora y 50 minutos, mientras que la cantante se quedó por tres horas.
Las discusiones entre Gerard Piqué y Shakira
Aunque el tema más importante entre ellos es resolver el régimen de visita de los niños, también es cierto que deben discutir por la división de bienes que compartían durante su relación. Además, la cantante también exigió que se le devolvieran 15 Grammy, que ahora están en la oficina de Marti en Kosmo, la empresa del jugador, quien trasladó los reconocimientos hasta allá para darle más prestigio a su proyecto.
Además, la prensa local también confirmó que la artista se siente traicionada, no solo por la relación del futbolista con la modelo, sino también por hacer público su romance, a pesar de que llegaron a un acuerdo para mantenerse bajo perfil por un año —hasta que disminuyera la atención de la prensa por su separación—.