Fernando Alonso está enfocado. Quiere aprovechar el impulso de la racha de puntos que acumula desde el Gran Premio de España y cuenta con una carta a su favor: Alpine gestiona bien el aterrador ‘porpoising’ o efecto rebote que es el dolor de cabeza de los ingenieros de los equipos desde que comenzó la temporada, pero sobre todo cuando las citas del calendario de la Fórmula 1 se disputan en circuitos urbanos.
Aunque el bicampeón de la F1 no tuvo buena fortuna al comienzo de este campeonato, logró torcer su suerte tras Barcelona, cuando consiguió remontar a la novena posición y, desde allí, siempre se mantuvo en el top 10. Ahora, está encaminado a dar continuidad a esa tendencia en el GP de Canadá.
Pero no se quedó al margen de la controversia de los últimos días que representó dimes y diretes entre jefes de escuderías, pilotos y la FIA. Cuando finalizó la cita en el circuito catalán, Alpine le pidió disculpas por radio al ovatense porque su coche había sufrido mucho efecto rebote.
"Soy joven y estoy en forma, no hay problema", respondió, picante, el asturiano.
Más adelante, consultado por Bakú, Fernando Alonso insistió en sus palabras y les lanzó un mordaz dardo a sus rivales, a pura ironía. "Ojalá solucionemos el problema del 'porpoising' por los pilotos jóvenes. Yo puedo aguantarlo".
Fernando Alonso sobre su Alpine y el 'porpoising'
Además, realizó un análisis sobre su A522 de cara a las citas que quedan: "Todavía necesitamos entender mejor nuestro coche y por qué estamos experimentando diferencias entre el viernes y el domingo. No obstante, nuestro coche gestiona bastante bien el efecto rebote que tienen los coches de este año".
"No lo sentí demasiado [el rebote] en Bakú, así que nos centramos más en gestionar la degradación de los neumáticos, especialmente de los traseros", agregó.
Recordemos que Fernando Alonso consiguió dominar a pilotos como Lewis Hamilton tan solo con la gestión de neumáticos, lo que lo dejó en la séptima posición en Mónaco.